En una conmovedora ceremonia, la comunidad de Curacaví se reunió para dar el último adiós a Juan Carlos Catalán Silva, cariñosamente conocido como "El Criollo de la Viña". Familiares, amigos, miembros del Club Deportivo, y representantes de la Asociación de Chicheros de la comuna asistieron a la misa fúnebre, colmada de respeto y admiración.
El legado de Catalán, auténtico chichero del sector de La Viña, quedó evidenciado no solo en las muchas personas que disfrutaron del mosto producido por sus manos, sino también en la gran multitud que acudió a rendirle homenaje y despedirle. Entre los asistentes, se hizo notable la presencia de huasos a caballo, arrieros y hombres de campo, reflejando el profundo impacto que Juan Carlos tuvo en la vida rural de nuestra comuna.
En la ceremonia, su nieto expresó emotivas palabras, compartimos algunas de las frases:
“Con estas palabras me despido de mi tata, hasta la eternidad. Es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresarlo, pero siento que debo partir por agradecer a todos los que están presentes hoy, a nuestra familia, amigos, conocidos, por acompañarnos en estos momentos tan difíciles. Mi tata... todos los valores, enseñanzas y gestos de bondad que nos compartiste, tu dedicación como humilde obrero campesino, quedarán por siempre grabados en nuestra mente y corazones. Tu legado de trabajo, esfuerzo y amor por la familia perdurará en nuestras vidas y prácticas cotidianas. Te pedimos, desde lo más profundo, que nos des fortaleza para seguir adelante, para mantenernos unidos, sanos y vivos disfrutando de la hermosa vida.
Gracias por habernos mostrado el respeto hacia los demás, por enseñarnos a valorar lo más importante: la familia. Esos valores que sembraste en nosotros serán el legado que continuaremos, y a través de ellos, podrás vivir siempre en cada uno de nosotros .
También quiero decirte que todos tus deseos se cumplirán. Sabemos lo que querías para tu familia y, por mi parte, haré todo lo posible para que eso se haga realidad algún día. Te prometo que tu legado, ese legado criollo, será honrado. Como lo hacías tú, seguiremos preparando la rica chicha, esa que con tanto cariño y esfuerzo hacías. Quizás no será igual, porque tu toque único es irreemplazable, pero lo intentaremos con todo el amor con que tú lo hacías y nos encargaremos de cuidar las parras que tanto amabas, esas que plantaste y cuidaste con tanto esmero, siempre pensando en tus antepasados y en la tradición que tan fielmente mantuviste. Como tú siempre decías, no lo hacías por dinero, sino por amor a tus raíces, por amor a la familia y por amor a los que te precedieron. Así será, tata, así continuará siendo.
Disfruten de sus seres queridos en vida, disfrútenlos a concho, aprovechen cada minuto como si fuese el último, sin desespero, nunca tengan rencor con un familiar que aman, no es bueno para nadie. Tengan mucho amor por la familia, que es lo más importante en esta vida. Tu Maecho”
Por otra parte, su hija también le dedicó algunas palabras señalando: “Le agradezco a Dios por el gran padre que la vida me dio para poder disfrutar de estos 28 años que tengo, me siento muy orgullosa del padre que tuve y tendré para toda la vida. Gracias criollo de la Viña por enseñarme qué la vida es bella si disfrutamos de lo simple de las cosas. Te amare eternamente, Tu hija regalona.
El recorrido fúnebre incluyó un toque tradicional y simbólico: un caballo sin jinete avanzó al frente, marcando el camino para dar el último adiós al "Criollo de la Viña". Juan Carlos Catalán, nacido y criado en Curacaví, supo cultivar no solo la tierra, sino también amistades sinceras y duraderas a lo largo de su vida.
El velorio se llevó a cabo en su residencia, en el sector de La Viña, y el funeral se realizó el miércoles 15 de enero a las 09:30 horas. Conocido por su activa participación en las Fiestas de la Chicha, Juan Carlos Catalán Silva supo transmitir sus conocimientos y tradiciones junto a su familia, mostrando el proceso de elaboración de la chicha, un patrimonio cultural que ahora perdurará como su mayor legado.