Por Juan Pablo Morales Farfán
Está semana conversamos con Jaime Retamales Fernández. Veamos a continuación lo que nos contó.
Cuéntanos Jaime, ¿Cuál es tú perfil personal y profesional? Nací el 1 de noviembre de 1980. Soy el menor de tres hermanos. Mi niñez la viví en Santiago y a los 8 años mi familia se trasladó a vivir a Curacaví. Donde mis padres compraron y se hicieron cargo del popular Restaurant El Cairo. Comencé con el canto en mi juventud cuando ingrese al coro parroquial. Trabaje durante 11 años como asistente de la Educación, 3 en el Liceo Presidente Balmaceda y los ocho restantes en la Escuela Valle de Puangue. Soy Técnico en electricidad y electrónica, rubro en el cual trabajo actualmente. En el año 2014 Formé el grupo folclórico “Jaime y sus Secuaces” con el que nos presentamos en la Fiesta de la Chicha durante 5 años consecutivos con distintas creaciones de mi autoría. En la última versión de esta fuimos invitados como parte del show principal. También hemos participado en casi todas las fiestas costumbristas de la comuna.
Aparte pertenezco desde el año 2011 a la banda de Rock cristiano católica “Patena”, con la que año a año recorremos en un camión casi toda la comuna entregando a la gente un concierto navideño. Tengo una hermosa familia compuesta por mi esposa Dixia y mis hijos Jesús y Lourdes.
Jaime, cuéntanos tu experiencia con la pandemia, ¿Qué recuerdos te ha dejado? Ufff. Yo no la tomaba en serio. Hasta que me tocó. Durante enero del 2021 estuve hospitalizado 2 Semanas en la UCI a causa del Covid. En las cuales pude ver muchas cosas. Gente que se veía mejor que yo y al rato estaban graves y los intubaban. Antes de intubarlos los doctores les explicaban lo que harían. Las personas conscientes llamaban a sus seres queridos para despedirse. Ya que no sabían si con la intubación se recuperarían o no. Muy fuerte eso. También saber de conocidos y amigos, que perdieron la vida a causa de esta enfermedad.
Gracias Jaime por contarnos algo tan fuerte de tu vivencia.
Ahora cuéntanos sobre tu fructífera creación musical. Comencé como a los 12 años con mis primeras creaciones, que quedaron en el papel solamente. Eran del tipo balada. Luego hice un par de canciones religiosas y en el año 2009 hice mi primera creación folclórica, que fue presentada en la primera versión del festival una canción para el folclore de la Fiesta de la Chicha, con la cual obtuve el primer lugar. Desde entonces comencé a escribir y a crear distintas tonadas, cuecas, valses y guarachas.
¿Cuáles son tus recuerdos más significativos de tu niñez y adolescencia en Curacaví? El Estero Puangue obvio. Aprendí a nadar en la poza del estadio, donde “El Feo”. Si hasta pescábamos y andábamos en bote ahí. En la adolescencia las vueltas por la plaza llena de la juventud de la época, donde ponían música por alto parlantes y tu podías programar por $100 un tema y dedicarlo. Los videos de jin jan las colas para comprar papas fritas donde el Willy. El cuarto medio (4°E) en 1998 en el Liceo Presidente Balmaceda. Muy bellos recuerdos.
Sobre la actividad cultural y artística en Curacaví ¿Podrías aportar alguna idea que a futuro se pueda implementar? Creo que se debiese realizar un censo cultural y crear instancias que permitan que los artistas, de todas las ramas del arte, puedan mostrar sus creaciones, esto claro, adaptándose a la “Nueva Realidad”. Abrir Nuevas puertas al mundo artístico con conciertos, exposiciones, talleres dados por estos mismos y muestras, todas online. Con una buena promoción claro esta y al terminar la pandemia realizar esto mismo de manera presencial.
Como joven profesional de Curacaví ¿Cuáles son tus inquietudes y preocupaciones? Me preocupa la falta de oportunidades para la Juventud. La sensación de inseguridad que aumenta cada día. El flagelo de la droga que afecta a nivel nacional a niños y jóvenes. El poco interés de las autoridades por fomentar y promover la cultura a nivel general.