Por Juan Pablo Morales Farfán

 

El Valle del Puangue a fines del siglo X VIII estaba principalmente ocupado por grandes haciendas, una de éstas y de gran extensión es precisamente la Hacienda Ibacache, tierras que originalmente formaban parte del mayorazgo de Balmaceda. En 1692 don Pedro Cortés de Ibacache adquirió las tierras que posteriormente formarían parte de la hacienda que recuerda su nombre y por ende la localidad. También se postula que Ibacache proviene del mapudungun y significaría "Flor de Maíz".

¡¡Don Domingo Matte Mesías compró la propiedad en 1851 Si!! Efectivamente, uno de los tres hacendados que forman la empresa que construiría El Canal de Las Mercedes que posteriormente don José Manuel Balmaceda concretaría. Ibacache fue heredado por don Claudio Matte Pérez, abogado, hacendado, educador, creador del Silabario Matte conocido por el pueblo como Silabario El Ojo, agregar que en el patio central del edificio consistorial de María Pinto se instaló un busto del educador en su memoria.

Al transitar por la localidad de Ibacache (parte del camino que estuvo en servicio desde 1560 a 1797 uniendo Santiago Valparaíso) se puede apreciar la deteriorada casona patronal de gran valor patrimonial donde vivió y /o venía don Claudio, por lo menos en 1915 aparece mencionado en el libro de acta municipal por habérsele realizado un cobro indebido. Sin embargo, en la memoria de los lugareños está vivo el relato de sus antepasados sobre el tren de trocha angosta, también conocido como el tren chico que iniciaba su recorrido frente a la Escuela Chorombo Alto hasta la ciudad de Melipilla. Aún existen las estructuras de cemento que sostenían el puente por donde corría el tren sobre el Estero Puangue. De igual manera el puente que se puede ver en la localidad de Bollenar como mudo testigo del pasado.

Eduardo Valdivieso un ingeniero que formó la empresa, “Sociedad de Ferrocarril de Melipilla a Curacaví” que se encargó de la construcción del ferrocarril inaugurado en 1922 En todo caso por diversos motivos el tren nunca llegó a Curacaví y operó hasta más menos 1937. En 1925 don Claudio Matte Pérez tomó el control de la sociedad y el ingeniero Valdivieso se encargaba de la operación del llamado tren chico.