Por Luis Sagüés Garay
Gran revuelo ha causado en los más destacados medios de prensa chilena, las declaraciones, del consejero constitucional republicano elegido con la primera mayoría nacional, Luis Silva. Diciendo que “Pinochet había sido un estadista de significación histórica”. Todas las opiniones contrarias a esta, - vertidas profusamente- dan copiosas razones sentimentales y subjetivas. Sin argumentar nada que haga sospechar siquiera que no fue un estadista. Son expresiones solo para denostar, al general que, en el momento más crítico de nuestra historia, con un país convulsionado, ad-portas de una guerra civil, ante el inmenso clamor ciudadano, tomó las riendas del caos, lo estabilizó en un breve espacio de tiempo, y lo volvió a la normalidad. Recuperando la paz y la tranquilidad, destruida por el gobierno de Allende y la Unidad Popular. De esto último, dan cuenta fundamentada, las declaraciones de la Corte Suprema, los dictámenes de la Contraloría General de la República y el acuerdo de la cámara de diputados del 22 de agosto de 1973, conocido como acta Rivera. Líderes indiscutidos como el presidente Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin Azócar, Jorge Alessandri Rodríguez y Gabriel Gonzáles Videla, y muchos otros, apoyaron con sentido entusiasmo, esta resolución de las tres ramas de las FF. AA y de Orden.
Tranquilo el país, comenzó una frenética obra de reconstrucción y cambios que condujeron definitivamente al progreso económico político y social, más virtuoso de nuestra historia. Todos los índices de desarrollo y bienestar lo abalan. Salimos del último lugar de América Latina en los años 70, y pasamos a ser el primero, un ejemplo, en el mundo entero. Los gobiernos que sucedieron al régimen militar continuaron su senda, haciendo solo modificaciones que no produjeron un retroceso importante en los logros alcanzados. Chile fue el primer país sudamericano aceptado en la OECD. Los índices de desarrollo alcanzados, PIB, crecimiento, mortalidad infantil, analfabetismo, salud, inflación, mortalidad maternal, peso al nacimiento, agua potable alcantarillado, ingreso per cápita, educación, pusieron a Chile, en el lugar jamás antes conseguido por ningún país de américa morena. Y además con una vuelta a la democracia sin precedentes conocidos. El principal artífice de este verdadero milagro, junto al pueblo de Chile, se llama Augusto Pinochet Ugarte. ¿Si este no es un estadista, quien lo es?