Por Luis Sagüés Garay

 

Que espectáculo más deprimente ver como se desploma la credibilidad de este gobierno. Una parte importante de la ciudadanía, en su mayoría gente joven, llena de ideales, soñó con un gobierno sano, impoluto, virtuoso en lo moral, porque es propio de la juventud, del idealismo generoso, ser impermeable a las prebendas propias del dinero, el estiércol del demonio, como dice el Papa Francisco. Una tremenda promesa de un gobierno formado por muchachos llenos de buenas intenciones.

 

¿Pero qué es lo que estamos viendo, con pasmosa sorpresa? En un breve espacio de tiempo, la coalición que lidera esta administración se ve envuelta, en una serie de situaciones incompatibles con la oferta de “somos un ejemplo de moralidad que nadie puede cuestionarnos”, eso nos confiere la autoridad para hacer una serie de cosas, que, aunque dañe a unos pocos, beneficia a la gran mayoría del pueblo más vulnerable, los más pobres. Estas expresiones, aunque no textuales, se las hemos oído a Giorgio Jackson.

 

Todo lo anterior contrasta con la realidad del comportamiento de este gobierno y sus seguidores más cercanos. Un escándalo ha puesto a la alcaldesa comunista Iraci Hassler de la Ilustre Municipalidad de Santiago, en calidad de imputada, por un oscuro manejo en la compra del inmueble de la Clínica Sierra Bella, que la Contraloría ha objetado y suspendido su ejecución.

 

 La Municipalidad, por razones de buen servicio, compra un inmueble en una suma de dinero muchas veces superior al valor de tasación de impuestos internos, y al menos tres o cuatro veces superior al que fue comprado hace muy pocos meses, por el actual vendedor de este bien a la Municipalidad de Santiago. Se da el caso curioso, qué dueños de la Clínica y administradores de esta, fueron médicos comunistas o muy cercanos a este partido.