Por Luis Sagüés Garay

Esta fue la doctrina impuesta a Colón y a los que vinieron a conquistar América, por los Reyes Católicos, Isabel l de Castilla y Fernando ll de Aragón. 

La epopeya moderna de la Conquista de América por la cristiandad. Doce de octubre de 1492.

Conmemoramos con alegría el encuentro de dos mundos, separados por una inmensa distancia, geográfica, económica, cultural, política y religiosa. Eso fue el arribo a nuestra américa de los primeros descubridores -para el mundo europeo - de estas tierras remotas, llenas de esplendor, riquezas y vida, que cautivaron inmediatamente la mirada del emigrante.

El descubrimiento de América por la corona española, no ha sido un episodio más de las conquistas ocupación y dominio, de un pueblo, sobre otro.

La conquista española tiene una connotación mucho más trascendente que las invasiones de barbaos provenientes del Asia, a la Europa medieval. A que fueron sometidos los países europeos.

La Europa sufrió conquistas violentas, realizadas a sangre y fuego por hordas desenfrenadas que tenían el único objetivo, depredar sin piedad, al pueblo conquistado.

Esta forma conocida en la edad media e incluso practicada en el siglo XlX y XX por los vencedores de una guerra de ocupación, no tiene ninguna similitud con la llamada Conquista Española.

El objetivo casi desconocido, de los reyes de Castilla y Aragón, no era económico, no los motivaba ni la ambición material, ni la expansión de un gran imperio.

Era curiosamente un interés religioso, pacífico y piadoso.

 La península Ibérica lo que fue posteriormente España y Portugal, desde el siglo Vlll, estuvo dominada por el imperio musulmán, administrado por el Califato omeya hasta el siglo XV. Este Califato se instaló en la ciudad de Córdova, y domino absolutamente la Hispania, dejándola recluida hasta el 1031(siglo Xl) a los Reinos de León, Condado de Castilla, Reino de Navarra y Condado de Barcelona. Es decir, 2/3 (66%) de la península Ibérica, ocupaban los musulmanes.

Los Reyes Católicos españoles, advirtieron que la ocupación total musulmana, era solo cuestión de tiempo, y pensaron salvar su religión cristiana, buscando nuevos territorios en el planeta, para asilarse, cuando esta ocupación se consolidará definitivamente.

Cristóbal Colón les abrió esa puerta y corriendo tremendos riesgos, de invertir muchos recursos, - que no disponían - decidieron financiar, al insigne navegante genovés.

Pero esta tremenda empresa, se basaba en que los lugares descubiertos y conquistados, tenían que ser evangelizados y convertidos al cristianismo y adoptar la condición de súbditos de los Reyes Católicos. Esto implicaba un respetuoso trato a los habitantes de estos territorios.

Luego debían ser reconocidos desde el primer momento, con los mismos derechos que cualquier peninsular súbdito, de estos monarcas.   

Esta preocupación de los Reyes, se manifestó desde el comienzo.

Colón que no entendía el pensamiento moral cristiano de la Reina, desobedeciéndola, inició un comercio de esclavos desde américa.  Isabel con toda energía y autoridad, el 20 de junio de 1500, ordenó poner en libertad a todos los indios vendidos hasta ese momento en España y decretó su regreso a América en la flota de Bobadilla, quien, por cierto, apresó y juzgó por encargo de los reyes a Cristóbal Colón, para, seguidamente, trasladarlo con grilletes a España.

Es interesante consignar que hasta ese momento y muchos siglos posteriores la esclavitud fue un negocio absolutamente lícito.

Después e esto y ante la denuncia de sacerdotes domínicos, sobre los abusos y crueldades que cometían los conquistadores a los indios, Fernando de Aragón, tras el fallecimiento de Isabel l de Castilla, convocó a la Junta de Burgos, integrada por los mejores juristas y teólogos de la época, para tratar la cuestión de la naturaleza y condición de los indios y establecer las conclusiones que deberían servir de base, para su futura regulación legal en América.

 La Junta de Burgos llegó a las siguientes conclusiones:

  1. Los indios son libres y deben ser tratados como tales, según ordenan los Reyes.
  2. Los indios han de ser instruidos en la fe, como mandan las bulas pontificias.
  3. Los indios tienen obligación de trabajar, sin que ello estorbe a su educación en la fe, y de modo que sea de provecho para ellos y para la república.
  4. El trabajo que deben realizar los indios debe ser conforme a su constitución, de modo que lo puedan soportar, y ha de ir acompañado de sus horas de distracción y de descanso.
  5. Los indios han de tener casas y haciendas propias, y deben tener tiempo para dedicarlas para su cultivo y mantenimiento.
  6. Los indios han de tener contacto y comunicación con los cristianos.
  7. Los indios han de recibir un salario justo por su trabajo.

Esta es la impronta de los Reyes Católicos españoles, a la colonización de América.

Es por esto que se venera con respeto y admiración a Isabel l de Castilla y a Fernando ll de Aragón, quienes formaron una nueva Raza en américa. Con la unión mestiza, de indígenas y peninsulares europeos. Iguales en dignidad y derechos ante la ley.