Continuando con la historia de la plaza cívica, esta semana conoceremos el legado del ingeniero agrónomo y profesor universitario, Raúl Silva Vargas (1934-2020).

 

Amante de la naturaleza, este profesional fue docente por 40 años y siendo experto en  botánica  y  gran  conocedor  de  árboles,  escribió  más  de  diez  libros  de  su especialidad. Entre ellos podemos citar “Árboles”, “Las cuatro estaciones”, “500 preguntas sobre el jardín” y “Principios de jardinería”. Su lenguaje sencillo, directo y una metodología de fácil comprensión fueron decisivos en el éxito de estas obras al alcance de todos.

 

Escribía una columna de jardinería en el diario El Mercurio, donde compartía sus conocimientos y consejos, a la cual se dedicó por más de 20 años.

 

Además de lo anterior, también fue teólogo y desarrolló una especial cercanía a la espiritualidad, participando activamente en la pastoral de novios y preparando a los adultos para recibir el sacramento de la confirmación.

 

Padre de seis hijos y también abuelo, fue bendecido con un carácter encantador, contagiando alegría y cariño. En la memoria familiar ha quedado su facilidad para compartir abrazos y contención. Por otro lado, siendo un ávido lector, nunca faltó la nota de cultura en actividades y conversaciones.

 

Regalar felicidad a través del contacto con la naturaleza fue un sello distintivo de Raúl. Quienes contrataban sus servicios podían disfrutar la belleza de jardines y parques cuidadosamente planificados para sentir bienestar y facilitar el goce de las  buenas emociones. En su arte manifestó plenamente la vocación de servicio que lo caracterizaba.

 

Fue requerido como paisajista para diseñar la plaza cívica de Curacaví. Una hermana del alcalde Feliciano Cornejo Magnani era madrina de bautismo de un hijo de Raúl y en razón de la cercanía, el profesional no cobró honorarios. Únicamente recibió dos bandejas de dulces chilenos de una reconocida empresa curacavinana cada 15 días, para deleite de la familia y especialmente de sus hijos pequeños. Estas obras de hermoseamiento fueron realizadas en conjunto con Marta Alicia Viveros Letelier, arquitecta titulada en la Universidad Católica y también pionera del paisajismo en Chile. Este innovador proyecto destaca por el empleo masivo de especies nativas.

 

El aporte tangible de estos profesionales ha perdurado por décadas, sin recibir el justo reconocimiento en la plaza que ayudaron a edificar y embellecer para deleite de sus visitantes.

 

Agradecimientos a don Pablo Silva Nuyens por su valiosa información.

 

Francisco Leyton Meléndez

 

Investigador de historia y genealogía de Curacaví, abril 2024.-