Por Mariel Norambuena

 

            En la columna anterior, analizamos los primeros pasos a seguir para crear un emprendimiento. A grandes rasgos, hablé de la necesidad del producto o servicio y cómo detectarla; el valor agregado que debe tener todo negocio; y la importancia de la viabilidad financiera, considerando al menos un año sin utilidades. Dentro de la detección y formulación de la empresa, es imprescindible determinar tres cosas: La misión, quiénes somos; la visión, quiénes queremos llegar a ser, como marca; y los valores, lo que nos mueve. Cada decisión debe ser guiada por esta columna vertebral, que es la identidad de la empresa.

 

            Una última parte de la etapa anterior, es el análisis interno. Detectar cuáles son las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de mi proyecto, ayudará a crear estrategias que estén alineadas con los objetivos, implementando tácticas efectivas y eficientes, que permitan mantener el foco de lo que se quiere lograr. Puede ser, por ejemplo, que tenga, como dueño, un gran conocimiento de lo que voy a vender, pero recursos limitados; que exista una alta demanda, pero también una gran oferta y que sea difícil diferenciarse y llegar a los potenciales clientes. Algunas de las preguntas a realizarse son: ¿Qué sé, hago bien y puede darle valor a mi negocio? ¿Cuáles son mis puntos débiles o a mejorar? ¿Qué elementos externos pueden beneficiarme? ¿Qué posibles riesgos externos existen que puedan afectarme?

 

            Una vez que hemos determinado claramente estos cuatro puntos, podemos realizar estrategias diferenciadas en función del cruce de elementos. ¿Cómo pueden ayudarme mis fortalezas a eliminar o minimizar mis debilidades? ¿Cómo pueden estas minimizar también las amenazas? ¿Qué enfoque y acciones debo realizar para disminuir mis debilidades a través de las oportunidades? ¿Qué estrategia debo realizar para reducir las debilidades y amenazas? Cada relación genera un tipo de estrategia distinta, ofensiva, defensiva, de reorientación y supervivencia. Es importante señalar que las estrategias no son acciones concretas, sino enfoques. Por ejemplo, potenciar las redes sociales. Luego, en la segunda etapa de la planificación estratégica, se abordarán las tácticas, es decir, el cómo.

 

            La próxima quincena, hablaré de la Planificación, cómo plantear objetivos, determinar acciones, plazos, recursos y, lo más importante, cómo se va a medir el trabajo para saber si los objetivos se están logrando.

 

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