Por Luis Sagüés Garay
El bosque de Fray Jorge, es una formación vegetal que ha quedado aislada geográficamente, cuando el resto de estas, han desaparecido por el cambio geo climático que afecta al planeta desde que este existe. Actualmente está de moda, hablar del cambio climático, como un fenómeno atribuible al desarrollo irresponsable de nuestra especie. Esta versión humanizada y por tanto fuertemente influida por la tremenda presencia de la política en nuestras sociedades, ha creado importantes corrientes de opinión, que se nutren de este fenómeno, que existe muchísimos años antes que el homo erectus, cubriera con su imagen el planeta. El bosque Fray Jorge, existe en nuestro continente mucho antes que ni soñáramos con nuestro país. Es decir, unos 66 millones de años atrás. Y se encuentra ahí, porque el resto de sus hermanos especímenes, a ambos lados de él, hacia el norte y sur desaparecieron al cambiar la condición geo climática de nuestro litoral. Desde siempre el litoral -de lo que hoy es nuestro país en toda su extensión- ha ido cambiando desde una condición de abundante neblina costera, hasta reducirse esto, a pequeños sectores del litoral. Que es, lo que hay actualmente. El Parque de Fray Jorge y el de Talinay en el la Región de Coquimbo.
Esta excentricidad boscosa, se produce porque la neblina impulsada por el mar en esta parte de la costa, se condensa en el follaje de los árboles aquí existentes y producen una precipitación anual parecida, a la que tiene los bosques de Valdivia, mil milímetros en un año. En el resto del litoral la vaguada costera de estas zonas, no deja más de unos 15 a 30 mm en el año. Las especies arbóreas predominantes son: el olivillo, el canelo y el grisel. Que son especies que se encuentran muy especialmente en el bosque valdiviano. Además, acoge en su ambiente un sin número de arbustos, hiervas, líquenes y hongos. La fauna que es, de lo más diverso que se encuentra en el resto de Chile, también puebla esta maravilla de la naturaleza.
Este hermoso relicto de árboles de Fray Jorge, se hace público cuando, como dice la leyenda de esta zona, un sacerdote Inglés o irlandés, abrumado por la tarea de construir el templo de la Serena en el siglo XVll, solicita al Señor ayuda, y este, en un sueño del religioso, recibe la presencia de un ángel, quien le indica que al sur y en litoral de este lugar, hay un bosque con árboles que tienen las dimensiones suficientes para armar la techumbre de la Catedral que adorna hoy con su belleza, esta hermosa ciudad. Con tan milagroso apoyo el sacerdote, no podía sino, construir su templo. Parte el cura inspirado por una fé inquebrantable, con una carreta tirada por bueyes, en busca de tan gloriosa riqueza.
La sorpresa de aquel pueblo, fue ver, volver al cabo de varios meses a Fray Jorge, con su carreta llena de troncos largos, cuyas dimensiones satisfacían plenamente las necesidades. Agrega la leyenda que varios siglos posteriores, un científico, Fito taxónomo chileno, estudió el material de estos vegetales, determinando, que eran los mismos que pueblan el Parque de Fray Jorge.