Por Luis Sagüés Garay

Se ha incorporado como feriado legal desde el 2021, el día de los pueblos indígenas. Reuniendo en esta celebración, a todas las etnias que se han considerado originarias de nuestra nacionalidad. Siendo el pueblo mapuche mayoritario o al menos el que se impuso sobre los otros pueblos, habitantes de este territorio, antes de la llegada de los “españoles”. El proyecto de Don Pedro de Valdivia era formar una nueva nación, uniendo los inmigrantes europeos, en su gran mayoría españoles, a los pueblos que habitaban nuestro territorio. Era una idea insólita para aquellos tiempos. Pero que inspiraba y justificaba esta magna empresa, que más parecía una quijotada que un ideal realizable.

Toda esta doctrina, elaborada por Valdivia, se enmarcaba en la romántica idea de los reyes católicos, de hacer de los originarios ocupantes de estos territorios -con la evangelización, la civilización y el mestizaje - súbditos de los reyes españoles. De tal manera, poderlos, asistir con los mismos derechos que amparaban al resto de los españoles venidos de la península.

 A poco caminar de la conquista, se dictaron leyes, promovidas por sacerdotes, que veían el injusto trato que daban algunos colonos a los aborígenes, se dictaron en Burgos las leyes que impusieron a los peninsulares conquistadores, un tratamiento cristiano a los indígenas. Constituyendo el primer código laboral escrito, conocido de América. Lo hizo tramitar y sancionar el Rey católico, Fernando de Aragón en 1512. Y fue puesto en ejecución con el concurso comprometido de religiosos de varias congragaciones, cuyos misioneros denunciaban directamente al rey de España las violaciones a estas normas. Recibiendo de parte del monarca severas sanciones a los infractores. 

Esta idea moderna -adoptada en chile por este gobierno indigenista -que inspira estas celebraciones de pueblos originarios, no es nada más que una postura política, para fundamentar la teoría de una nación pluricultural, en que las “etnias originarias” tienen el derecho a un territorio propio, leyes, propias, y en un pequeño país independiente, pero financiado con los impuestos de la otra inmensa mayoría del pueblo chileno.  Esta idea se quiso imponer con el primer proyecto Constitucional, (mamarracho) que la una inmensa mayoría de los ciudadanos, rechazamos categóricamente.

Se explica todo este proceder, con la perversión de deconstruir Chile.

Esta entelequia segrega injustamente a una gran cantidad de pueblos inmigrantes que han venido a aportar su talento, esfuerzo, preparación y patrimonio a nuestro país.

Después de la llegada de los españoles, llegaron a Chile una serie de colonos, que han contribuido con su inmenso aporte al desarrollo de nuestra patria. Ambrosio O´Higgins,Juan Mackenna ,Joaquín Toesca, Ignacio Domeyko, Andrés Bello, Lorenzo Sazié, Jean Gustave Courcelle-Seneuil, Domingo Faustino Sarmiento, y muchos más, desarrollaron parte importante de su obra en Chile, contribuyendo con ello al fortalecimiento de la educación y a la difusión del conocimiento, en el período en que la nación comenzaba su proyecto independiente.

La colonización alemana impulsada por Rodulfo Armando Philippi, introdujo al país una concepción del trabajo agrícola ejemplar, permitiendo la explotación de parte del territorio que estaba deshabitado y absolutamente inculto.

Destacado mérito tiene en Chile los aportes económico culturales de la inmigración francesa, tanto en el ámbito intelectual como económico. Son en parte forjadores de la industria del curtido de cueros y la importación a Chile, de la viticultura como industria.

Los italianos llegados a finales del siglo XlX fueron los pioneros del procesamiento del trigo y la harina, en la industria de las pastas.

Los inmigrantes británicos trajeron a las provincias australes el cultivo de la oveja, iniciado una importante exportación de lana y además el proceso de tejidos.

Muchos otros pueblos europeos, se incorporaron a nuestra nacionalidad y formaron con los criollos una muy buena complementación.

Estos pueblos que se funden con los nativos y mestizos, es lo que ha engrandecido nuestra nación. Es el sueño hecho realidad de Valdivia, exponente genuino del renacimiento en Chile.

Por esto creo de la mayor justicia, -y de una ingratitud incalificable- no reconocer a los inmigrantes posteriores a la colonización española de distintos orígenes, como parte fundamental de nuestra propia y original nacionalidad. Esto lo prueba su numerosa y valiosa descendencia en nuestro país