Por Juan Pablo Morales Farfán
El palqui y / o parqui es un arbusto poco conocido en la actualidad, además de que ya no se ven ejemplares a orilla de los caminos rurales, por lo menos en nuestra zona, (Valle del Puangue).
Su descripción indica: “Arbusto de olor penetrante, de 1 - 3 metros de altura, de tallo liso grisáceo. Ramas vellosas jóvenes, pelos acintados. Hojas lanceoladas, lisas, de color verde oscuro en el haz y verde pálido en el envés, de 4 - 14 cm de largo por 1,6 - 3 cm de ancho. Flores reunidas en cimas amarillentas. El fruto es una baya negro-purpúrea, ovoide, de 1 cm de longitud, que contiene 8-10 semillas pequeñas”.
Según la tradición, el palqui posee diferentes propiedades medicinales que nuestros antepasados usaban, recuerdo que mi "santa madre" Tomaba unas cuantas hojitas de Palqui, las frotaba con sus manos hasta que se formaba un cremita verdosa y la usaba para la alergia de sus brazos, lo había aprendido de su madre.
Otro importante uso de este arbusto era el que le daban las antiguas santiguadoras, las que "santiguaban" con un crucifijo y/o medallita de plata y que en ausencia de ambas usaban una ramita de Palqui.
Más aún, en algunas casas de Curacaví y María Pinto todavía existe la tradición de confeccionar una cruz de Palqui atada con lana roja para proteger la vivienda de las brujerías, sobre todo para cuando vallan visitas a la casa, para proteger a los bebés del mal de ojo.
Las familias antiguas del valle también tenían la costumbre de mantener en las casas agüita bendita, por lo que a la cruz de Palqui se le agregaban gotitas de esta agüita traída de la vieja parroquia.