Por Luis Sagüés Garay
Hemos conmemorado con un día sin actividad laboral, el primero de mayo, fecha en que se produjeron actos violentos en Chicago, que dejaron como resultado la muerte de seis civiles, y una multiplicidad de heridos y contusos entre unos 200 mil protestantes.
¿Cuál era la realidad de lo acontecido? En aquel tiempo, no existía en USA una legislación que limitara las horas del trabajo, para los obreros de las mayores empresas. Esta situación injusta, inflamó, a los que participaban en una manifestación pública, que terminó en un enfrentamiento entre los afectados y las fuerzas policiales -encargadas de imponer el orden público– con seis muertos e innumerables heridos por parte de los asistentes -y luego con un atentado anarco- terrorista, aparentemente provocado por estos. Producto de una bomba incendiaria lanzada a los representantes de la ley, (similares a nuestros Carabineros) resultaron siete policías muertos y más de 70 heridos.
Esta situación dolorosa trágica y conmovedora, ha servido para denunciar en todo el mundo los abusos que se produjeron , en un país reconocidamente como una democracia ejemplar en que impera la ley. Y que ha permitido a sus enemigos señalarla como muestra de injusticia y abusos. ¿Quiénes hacen estas imputaciones? Precisamente aquellos que por décadas han implantado en el mundo, regímenes dictatoriales que han sofocado estas manifestaciones, con tremendos actos de violencia y represión contra sus disidentes.
Sin embargo, EE. UU. de Norteamérica -desde aquella época hasta nuestros días- ha perfeccionado sustancialmente su modelo, y prácticamente ha desterrado los actos represivos violentos, aunque para imponer la ley y el orden, tengan que actuar en contados casos, enérgicamente.
Han sido muy conocidas las represiones que sufrieron Hungría y Checoslovaquia, cuando sus habitantes manifestaron su repudio y descontento contra las injusticias de todo tipo, perpetradas por el poder soviético. Se cuentan por miles las víctimas muertas, en estos sucesos.
Tiananmen, en la China comunista, es otra de las más recientes demostraciones de dominio sin contrapeso ni justicia, por parte del sistema comunista chino. Fueron miles los jóvenes masacrados en esa oportunidad. Últimamente también en Cuba “único territorio libre de América” al decir de su líder Fidel Castro, fueron sofocadas a sangre y fuego, las protestas en contra del régimen que solo ha mostrado, hambre esclavitud y muerte, en esa hermosa isla caribeña.
Pero los trágicos sucesos de Chicago en los años 1886, se destacan y publicitan precisamente, por los mayores perpetradores de violación a los derechos de los trabajadores. Son ellos, los que, desconociendo sus propios atropellos, represión y muertes masivas, -donde dominan- se exhiben orgullosos, como custodios de estos.