Deben ser escasos los pueblos que tienen ubicado el camposanto a la entrada de la localidad. Curacaví es uno de éstos, claro que hay que tener en cuenta que no se trata de cualquier cementerio, porque el nuestro está invadido de un aura mágica y fantasmal, que incluso ha alcanzado cierta notoriedad nacional a través de los medios de comunicación.
Tal es la fama que, junto a la casona del ex Hotel Royal, nuestro cementerio está incluido en una ruta y/o "Tour Ghost también aparece mencionado en el texto “Guía Mágica de Santiago, Historia de Duendes y Brujas”, escrita por Don César Parra. Podemos agregar además que algunos programas de televisión han grabado reportajes respecto a sucesos paranormales en el único cementerio de Curacaví.
Antiguamente los abuelos en las noches de invierno, sentados junto al brasero, contaban historias, leyendas, adivinanzas y mentiras. Una de estas leyendas era la del Culebrón del Cerro las Brujas, ubicado al fondo del cementerio, que vivía desde tiempos remotos en el lugar y con los años habría construido una serie de túneles donde aún dicen que habita.
Incluso se habría dado el lujo de detener una máquina que pretendía destruir el cerro, pero eso no es todo, los curacavinanos quedamos sorprendidos y con el "credo en la boca“ cuando alcanzó notoriedad pública el hecho “cuando los muertos entran y salen del cementerio". Aunque era un secreto a voces los choferes de los colectivos se dieron cuenta que había pasajeros que subían en el sector rural y que el destino era el "Patio de los callados". Los pasajeros al bajarse cruzaban la calle y para gran sorpresa de los choferes, traspasaban las murallas mientras que ellos muy aterrados se persignaban y aceleraban para alejarse del lugar.
Pero eso no es todo. Desde hace un tiempo en nuestro cementerio existe una animita, es la del joven Rodemil Gallardo fallecido en forma trágica, que al parecer por la cantidad de placas de agradecimientos por favores concedidos, es muy milagroso. Esta animita no es cualquier animita era hijo del conocidísimo don Micho.
En todo caso existen muchas leyendas asociadas al cementerio, como la corona de luces que giran en torno al cerro en noches de invierno; dicen que son los espíritus de los indígenas que habitaban en el lugar.
Así, Curacaví se erige no solo como un pueblo con un cementerio peculiar, sino como un escenario donde la historia, la leyenda y lo paranormal se entrelazan, fascinando a quienes se atreven a explorar sus misterios. Al final, el cementerio no es solo un lugar de descanso, sino un vínculo con lo desconocido que invita a la reflexión sobre la vida, la muerte y todo lo que se encuentra en medio.
Fotografías: Facebook Fotos antiguas de Curacaví